Al pasar los 40 años las mujeres comienzan a vivir una serie de síntomas relacionados con la llegada inminente de la menopausia. La cual se suele dar alrededor de los 50 años.
Si bien se considera que la mujer ha llegado a la menopausia cuando han pasado 12 meses sin menstruaciones, al proceso completo, que abarca varios estadios, se le llama climaterio. Y cabe destacar que no todas las mujeres sufren iguales síntomas ni tampoco con la misma intensidad.
Sin embargo, hay algunos síntomas comunes como la incontinencia urinaria, las infecciones de orina y las cistitis que deben ser tratados por médicos especialistas como los Urólogos QuirónSalud Málaga.
A pesar de que normalmente los médicos urólogos suelen tratar patologías masculinas, también se encargan de atender algunos problemas de salud de la mujer como los mencionados antes.
En este artículo veremos por qué las mujeres también deben acudir al urólogo, y puntualmente por qué es importante la urología en la menopausia, cuáles son los estudios y pruebas complementarias que se deben realizar, las principales patologías urológicas en la mujer y qué tratamientos existen para estas patologías.
¿Por qué las mujeres también “deberían” ir al urólogo?
El médico urólogo es considerado socialmente como un “médico para hombres”, no obstante –como dijimos antes– las mujeres también deben acudir cada un cierto tiempo, normalmente dos años, para realizarse revisiones, a fin de detectar posibles problemas de salud en esta área del cuerpo.
De manera que cuando una mujer tiene síntomas urinarios es con el urólogo con quien debe realizar una consulta para darles tratamiento.
La mujeres deben hacerse un chequeo urológico, y una ecografía de vejiga y riñones, los cuales son fáciles y rápidos de realizar, y el beneficio que ofrecen, al poder detectar de manera prematura cualquier problema de salud, es muy grande.
Principales patologías urológicas en la mujer
Existen una serie de patologías y enfermedades urológicas femeninas que están más propensas a padecer las mujeres postmenopáusicas y de edad avanzada, tales como:
- Prolapso vaginal: se trata del descenso de los órganos pélvicos secundarios debido a la debilidad o la rotura del soporte del suelo pélvico. Puede ser anterior, medio o posterior.
- Cistopatía crónica: es cuando hay una inflamación prolongada de la vejiga, lo cual puede ser muy doloroso y molesto. E incluso si no se lleva a cabo un tratamiento adecuado la cistoscopia en la mujer puede conducir a enfermedades más severas.
- Obstrucción del tracto urinario inferior: cuando hay una obstrucción en alguna parte de las vías urinarias, puede producirse un aumento de la presión en dicha zona del cuerpo y dificultar el flujo normal de orina. Esto puede darse de dos maneras, de forma brusca y rápida o ir evolucionando lentamente durante días, semanas o meses, y terminar causando una oclusión completa o parcial de parte de las vías urinarias.
- Incontinencia urinaria: se calcula que alrededor del 25 % de las mujeres experimentan esta dificultad. Básicamente existen dos tipos: la urgencia urinaria y la incontinencia por esfuerzo. Ambas pueden ser tratadas con buenos resultados.
- Alteración funcional vesical: pueden darse casos de detrusor (o vejiga hiperactiva), la cual es una patología que resulta más frecuente que la vejiga hipoactiva; y presenta síntomas como la necesidad de orinar de manera repentina y/o experimentar pérdidas de orina. Por otro lado, la vejiga hipoactiva es básicamente lo contrario, es decir que existe una marcada dificultad para orinar cuando la vejiga está llena.
- Otros tipos de deterioros funcionales en mujeres de edad avanzada: el envejecimiento natural de cualquier organismo provoca cambios en distintas partes del cuerpo, como la vagina, el aparato urinario, el sistema nervioso y el suelo pélvico, lo cual puede llevar muchas veces a que las personas de edad avanzada sufran problemas funcionales en distintos órganos.
Pruebas de urología en la mujer y estudios complementarios
Algunas de las pruebas urología en la mujer y estudios complementarios que puede sugerir el urólogo son:
- Citología de orina: normalmente se suele realizar cuando hay sospecha de patología tumoral.
- Urocultivo: posibilita diagnosticar la infección urinaria, identificar la bacteria involucrada y determinar cuál es el número de colonias que hay.
- Pruebas de imagen: como por ejemplo la ecografía urológica, la cual posibilita estudiar los uréteres, la uretra, los riñones y la vejiga urinaria.
- Cistoscopia: se lleva a cabo especialmente cuando hay sospecha de patologías tumorales o cistopatías crónicas.
- Pruebas funcionales: como el estudio urodinámico o la flujometría, que ayudan a confirmar la presencia de alteraciones funcionales u alguna obstrucción o de la vejiga.
Tratamiento de urología femenina
Además de los tratamientos con antibióticos que se suelen prescribir en ciertas situaciones, existen otros tipos de tratamientos que se pueden llevar a cabo como:
- Dilatación uretral: cuando hay casos de obstrucción sintomática.
- Instalaciones endovesicales con ácido hialurónico más condroitin sulfato: se usa cuando se desea reparar la capa dañada del urotelio vesical en distintas situaciones clínicas.
- Corrección quirúrgica de la incontinencia urinaria de esfuerzo o del prolapso vaginal.
- Fisioterapia del suelo pélvico: la cual ayuda a mejorar aquellos cuadros de incontinencia urinaria de esfuerzo, dolor pélvico o vejiga hiperactiva.
Esperamos que ahora ya entiendas la importancia de concurrir al urólogo y cuáles son los casos que deberías tener en cuenta. Ya conoces las principales patologías y enfermedades urológicas femeninas y sabes un poco más sobre la urología en la menopausia.
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